
De hecho ya la cambió, aunque algunas personas aún no lo vean.
Pero como todo cambio debemos estar preparados para capitalizar lo bueno y estar atentos a aquellas cosas que son “dudosas” (por darle un nombre).
Es indudable que el acceso a la contenidos es enorme, pero ¿cuál es la calidad de dicho contenido?, y ¿cuál es el uso que debemos darle al mismo?.
Un interesante ejemplo en este sentido es wikipedia. Tengo un hijo de 13 años que antes usaba frecuentemente encarta para ayudarse con sus tareas, y hoy la abandonó por wikipedia.
Wikipedia es más flexible y amigable para él. Le proporciona más información y un enorme caudal de imágenes. Pero, ¿quién chequea sus contenidos?.

Pero en muchos casos, lamentablemente copian el contenido y posteriormente lo presentan como elaboración propia. Como profesor universitario he dirigido trabajos de tesis para la obtención de título de grado, donde encontré claros indicios de que esto había sucedido.

Soy conciente que la culpa no es de la herramienta (del sitio en este caso), sino de la utilización que le damos al mismo, sin embargo me parece importante realizar estas salvedades para no perder de vista las disfunciones a las que nos puede conducir web 2.0 e internet en general, sino administramos correctamente sus herramientas.
Son innumerables las situaciones en la que los alumnos toman como bueno todo lo que se publica, como si por el solo hecho de estar en el web fuese verdad. El diario más tradicional de Tucumán, provincia en la que vivo, tiene un eslogan que dice: “Es verdad, lo dice La Gaceta”, aquí nos encontramos ante un “Es verdad, lo dice la Web”.
Esto no quita todo lo bueno que tiene web 2.0. Rescato las grandes ventajas en materia de recopilación, organización de contenidos e incentivos para la generación de ambientes de colaboración.
Para tener una idea de lo que es web 2.0 los invito a que vean el siguiente video:
Creo firmemente que lo que se aprende trabajando, haciendo, se internaliza con más fuerza que lo que se aprende por otras vías. Y en este sentido el trabajo colaborativo potencia aún más aprendizaje, y web 2.0 le está dando a la educación una poderosa herramienta al proporcionarle espacios de colaboración.
Sin embargo, existe una contracara, que no podemos desconocer y que debemos tratar de evitar, que es el efecto simplificador que produce el cortar y pegar información de otros y administrarla de forma irresponsable.
Lo que enriquece es el trabajo, la investigación, la elaboración y la colaboración, no el plagio que también se ha facilitado con el desarrollo tecnológico.
Nuestro papel como educadores es clave en este nuevo contexto, ya que debemos orientar a nuestros alumnos para que saquen fruto de estas grandes ventajas que poseen el binomio web 2.0 – educación, y que no caigan en las tentadoras redes de la copia simple.
Que utilicen la web para leer, ver e investigar con espíritu crítico.
La web ha democratizado la información y está democratizando la educación, y como toda democracia, lo importante es el ejercicio de la libertad con responsabilidad.